miércoles, 13 de enero de 2010

Osos con garras, ¡por fin!

La sorprendente temporada que están llevando a cabo los Memphis Grizzlies en la NBA resulta difícil de explicar, incluso si alguien del equipo escribiese esta entrada. Al principio de temporada, Allen Iverson (conocido como "The Answer") se presentaba como la principal y casi única atracción de este equipo anclado en la ciudad de Elvis Presley. Su fichaje por los Grizzlies sorprendió al más pintado y surgían muchas dudas sobre su rendimiento y su papel en el equipo.
Iverson ha sido importante practicamente en todos los equipos en los que ha estado, exceptuando su paso por los Detroit Pistons.


Entonces, ¿cómo encajaría en una plantilla en la que ya había chupones como OJ Mayo o Rudy Gay? Además este verano también se unió al equipo de Tennessee Zach Randolph, un ala pívot famoso por dos cosas: Promediar con relativa facilidad 20 puntos y 10 rebotes y tener la cabeza más bien poco amueblada. Su juego, para más inri, también se concentra en sí mismo por lo que o jugaban con un balón para cada uno o que tire el que la pille. Por supuesto, de fondo tenemos a Marc Gasol, calladito, silencioso y con la idea clara de aprovechar los pocos balones que le iban a llegar.



La respuesta a la pregunta comentada anteriormente era sencilla: No iba a funcionar. Y así fue. Hay cosas en baloncesto complejas a más no poder y que serían casi inútil intentar explicar, sin embargo, esta no es una de ellas. La aventura en Memphis de Iverson duró 3 partidos, los que aguantó como suplente al ver que el entrenador, Lionel Hollins, apostaba por el quinteto formado por Mike Conley-OJ Mayo-Rudy Gay-Zach Randolph-Marc Gasol.

Hay un refrán que dice "no hay mal que por bien no venga", y en este caso viene que ni pintado. Al irse el díscolo escolta, el equipo se centró y estableció una racha de victorias de las que no se veía desde que se fue Pau Gasol de aquellas tierras.

Los "chupones" oficiales del equipo, Mayo y Gay, están jugando a un gran nivel, siendo un poco más generosos de lo que cabía esperar. Randolph promedia unas medias más que buenas, ayudando al equipo en lo que se precise y, sobre todo, Marc Gasol. El hermanísimo se está quitando la etiqueta de ser "hermano de..." para hacerse un nombre propio. Sus promedios, 14.8 puntos por partido y 9.7 rebotes por encuentro, hablan por sí solo de su importancia en el juego.



Gasol no es la primera referencia en ataque de los Grizzlies, por lo que su optimización de los tiros es mayor que ninguno de los demás jugadores. Entre Randolph-Gay y Mayo se gastan más del 70% de tiros en cada partido. Marc lo único que puede hacer, y lo hace muy bien, es aprovechar los balones que le llegan y luchar por los rebotes ofensivos.

El fichaje de Jamal Tinsley en Diciembre ayuda a mantener la frescura en el puesto de base. Además, Tinsley es más director de juego que Conley, al que le gusta más anotar. Por lo que se compenetran bastante bien. En el banquillo nos encontramos, a parte del citado Tinsley, a Sam Young y Demarre Carroll, dos novatos que responden a las mil maravillas cuando Hollins. Luego está Hasheem Thabeet. Yo lo llamaría "el verde" Thabeet. Fue elegido en puesto número dos, condiciones físicas no le faltan, es un portento en toda regla. Eso sí, todavía no sabe de que va esto, sin duda. Le faltan tantos conocimientos técnicos y tácticos que no sabría por donde empezar. Básicamente le han venido a decir que rebote que vea, rebote que pille, y de paso si tapona algún tirito pues mejor que mejor. Es un proyecto de futuro a medio-largo plazo, eso si, con mucho, mucho trabajo.

Y en esas están los Grizzlies, con un balance positivo de 19 victorias por 18 derrotas a 2 partidos de los playoff, objetivo que sería mucho más factible si estuviesen en la conferencia este, donde hasta con balance negativo se pasa a las rondas finales. Pero bueno, eso es otra historia...




1 comentario:

  1. Esperemos que sigan así y veamos nuevos equipos estrella y nos olvidemos de escuchar siempre los mismos nombres.

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