martes, 19 de enero de 2010

Carlos, Pedro, ¡enhorabuena!


Hace 20 años que Carlos Sáinz se proclamó por primera vez campeón del Mundo de Rallies, fue el primer español en conseguirlo. Igual que su reciente victoria en el Dakar. Ha sido el primero , junto con su copiloto Lucas Cruz, en ganar una prueba como esta en la categoría de coches, porque en motos ya tenemos 3 entorchados: 2 de Marc Coma y 1 de Nani Roma. El triunfo se puede ver desde diferentes perpesctivas. Una de ellas es por estadística, lleva varias ediciones del Dakar compitiendo, que alguna tiene que ser la suya. Aunque no soy de esa opinión. Pilotos de la talla de Salvador Serviá, uno de los afortunados de conducir los legendarios Citröen, o Miguel Prieto con su Mitsubishi Pajero, compitieron hasta la saciedad y por distintos motivos nunca llegaron a conseguir el ansiado título.

La constacia del piloto madrileño ha sido una frecuente durante toda su carrera y  este era un objetivo absolutamente prioritario. Es cierto, como ya comenté al inicio de este blog, que la competencia venía principalmente de su propio equipo, ya que los BMW necesitaban recorrido para ser una opción viable al título. La lucha por el título le vino por parte de Nasser Al-Attiyah, qatarí que, curiosidades de la vida, venía de BMW.






Esta vez no ha habido factores externos que afectaran al resultado final. La dureza inherente al Dakar ha bastado para saber que en condiciones normales, Sáinz es un piloto muy a tener en cuenta. La duda ahora está en saber si el español defenderá el título el año que viene. Conseguido lo que se proponía, conviene comparar los pros y contras de participar en el Raid más difícil del año.

Llevando 20 años compitiendo al más alto nivel, no me extrañaría verlo de nuevo surcando las dunas, sean americanas o africanas, pero hay un elemento que conviene recordar y que juega a favor de su retirada: su hijo Carlos. El pequeño ha ido creciendo con la sombra de la leyenda de su padre y poco a poco se está haciendo un nombre, aunque para independizarse del de su padre aún le queda. La progresión del joven necesita de una figura sabia que le sepa aconsejar en momentos difíciles, que le anime a mirar para adelante cuando lleguen los fracasos y que le mantenga los pies en el suelo en el caso de triunfos. Veremos qué decide el gran campeón.



Aprovechando que el tema del post está relacionado con el motor, no quería dejar de pasar la ocasión de manifestar mi alegría por el fichaje de Pedro Martínez de la Rosa por BMW Sauber para la próxima temporada de Fórmula 1. De la Rosa, de 38 años ahí es nada, es uno de los pilotos más veteranos de la parrilla pero que conserva la emoción por las carreras de un novato. Tendrá como compañero al japonés Kamui Kobayashi, que dejó muy buen sabor de boca con Toyota cuando sustituyó a Timo Glock a finales de la temporada pasada.

Su fichaje como piloto titular supone la última oportunidad para el barcelonés de demostrar que ha estado bastante desaprovechado durante su etapa en Mclaren-Mercedes, donde se ha pasado los últimos 7 años como piloto probador. Tras comenzar en Jordan como probador en 1999,su primera etapa como piloto titular fue en Arrows, gracias al apoyo de Repsol. Después llegaron un intento fallido con Prost y su última fase en las carreras, Jaguar.  En la escudería británica su mejor resultado fue un quinto puesto. Durante el periplo en Mclaren, el momento más álgido fue su segundo puesto en el Gran Premio de Hungría de 2006. Esperemos que enseñe que la edad no importa a la hora de correr.






P.D. Este año tenemos a 3 españoles en la parrilla de F1 (Alonso, De la Rosa y Alguersuari). Ahí es nada...



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