miércoles, 13 de enero de 2010

Lamentable sorteo de la Copa del Rey de baloncesto

Este pasado lunes se celebró el sorteo de la Copa del Rey de baloncesto. Uno de los eventos más esperados entre los seguidores de este deporte, ya que aglutina tensión, competitividad, espectáculo, diversión y demás bondades deportivas en cuatro días. Este torneo supone un subidón en los maltrechos niveles de audiencia que da la ACB, y muestra que es la segunda mejor liga del mundo, por detrás, como no, de la NBA. Ojeadores (scouts en la jerga baloncestística) de los equipos de la principal liga americana llegan a España con el objetivo de descubrir una buena pieza para el futuro o la evolución que llevan sus elecciones en pasados drafts, como es el caso de Ricky Rubio (Regal Barcelona) o Víctor Claver (Power Electronics Valencia). Hay que recordar que en 2001, en Málaga, un desconocido y espigado alero del Barça llamado Pau Gasol explotó en la Copa del Rey de aquel año, el futuro es de sobra conocido. El sorteo, del que haré un análisis días antes de la disputa del torneo, fue el siguiente:


Hasta aquí todo normal. Lo que me llamó la atención, por lo lamentable del asunto, fue cómo se desarrolló dicho sorteo. En condiciones normales, el sistema no tendría mucho secreto. Las famosas bolitas, con los cabezas de serie por un lado y los otros 4 por otro, saldrían y establecerían los cruces...Pues no, en un alarde vano, e incomprensible por mi parte, de “innovación” se sacaron de la manga un sorteo electrónico, dando pie a innumerables rumores y murmullos durante el sorteo. ¿Tan difícil era utilizar las bolitas? ¿Es que no pensaron en las repercusiones de utilizar este sistema?
Desde la ACB se asegura que fue un sorteo ante notario (¡qué van a decir!), y seguramente sea así, pero no era tan complicado realizar este acto como siempre y ahorrarse críticas, que de eso en la liga española están más que servidos...

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