martes, 20 de abril de 2010

Emil Zatopek, la locomotora humana (II)



A partir de los años 40 del siglo pasado fue cuando empezó a conocérsele como “La locomotora humana” escribiendo sus páginas más triunfales en un deporte tan sacrificado y a veces desagradecido como es el atletismo. En 1944 consiguió su primera plusmarca mundial. Ya en los juegos olímpicos de Londres 1948, consiguió algo histórico para el deporte checoslovaco de la época, al vencer en los 10.000 metros y ocupar el segundo puesto en los 5.000. Algo que sería sintomático de lo que ocurriría 4 años después en la capital finlandesa, Helsinki.

En las olimpiadas de dicha ciudad fue donde Emil Zatopek se encumbró como mito del tartán. Se coronó en las pruebas de 5.000, 10.000 y la maratón. Su sistema de entrenamiento consistente en la consecución de series, por primera vez en la historia alguien se entrenaba de esta manera, le valió para ganarse el reconocimiento de todo el mundo. Instauró el sistema de series, vigente en la actualidad y considerado como elemental a la hora de progresar como atleta. 



Como anécdota, quisiera comentar que su mujer ganó la prueba de lanzamiento de jabalina en las mismas olimpiadas.
A finales de los años cuarenta y en la primera mitad de los cincuenta, Emil Zátopek batió 18 récords mundiales en pruebas de fondo. En 1949, 1951 y 1952 le fue otorgado el título de Mejor Deportista del Mundo. En 1958, en el Cross Internacional de Lasarte, puso fin a su trayectoria deportiva. A lo largo de ésta compitió en 334 carreras y obtuvo 261 victorias.

Fuera del atletismo, también dejó impronta de su inteligencia. Aprendió a desenvolverse muy bien en inglés, alemán, ruso, polaco y el francés. Llegó a probar con el español y concedió incluso una entrevista en finlandés. 

A pesar de sus logros, Zatopek vivió en sus carnes las dificultades políticas que conllevaba la Guerra Fría. En 1968 se mostró en contra de la ocupación de las tropas soviéticas en Checoslovaquia, participando en la denominada “Primavera de Praga”. EL ejército soviético le expulsó y durante unos años tuvo que trabajar como minero o barrendero para poder subsistir. Finalmente, se retractó en 1975 y su figura fue rehabilitada en parte por el gobierno comunista de la URSS. 



Su vida acabó el 22 de noviembre de 2000 con un legado que hoy día es considerado por muchos como imprescindible en el manual del atletismo moderno. 

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